III

La piedra cualquiera es el modelo poco ejemplar de lo desconocido, de las cosas y los lugares ocultos, casi imperceptibles, abandonados, presencia  concreta y singular, irreductible a todo discurso, que demanda silencio. El CAPITAL no acumulable, improductivo e inconsumible del pensamiento y la experiencia no es más que un puñado de guijarros, de aglomerados, minerales toscos sin pulir, llenos de polvo, sin apenas valor; la única salvación de una cabeza desconectada es perder, la pérdida, la imposibilidad del gasto y la ganancia, la suspensión del debe y el haber, ruina equiparable a una quiebra mantenida en el tiempo.

II

En algunas culturas, tres bloques de piedra alrededor del fuego, que sirven de soporte para la cocción de los alimentos, representan a los antepasados, los difuntos y los no-nacidos, las tres ausencias destacadas o formas de invisibilidad del hombre. Triángulo de piedras angulares, capitales, rodeando un fuego central, que delimitan y marcan, como un poste en las lindes de un terreno cultivado, la amplitud y los lìmites de lo desconocido en el alma. El complemento necesario es una doble pirámide, a partir de las líneas imaginarias que se prolongan hasta el cielo y se hunden en la tierra, que muestra en su vértice superior y en el inferior el reino de lo desconocido en el mundo, la pirosis universal que alumbra y consume todas las cosas. 

I

La piedra angular no sirve de basamento ni funda construcciones imaginarias en otro mundo, es la PIEDRA CUALQUIERA, mundana, diseminada al borde de los caminos, agrupada al azar, el canto rodado, el guijarro, a la vez visible y oculto, que revela la capital importancia de las cosas insignificantes

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Cómo pensar la idea capital, la piedra angular, magmática, donde coincide, restalla la IMAGEN y el PENSAMIENTO, vértice incandescente, zona de subducción y discordancia de las placas de lo visible y lo pensable, sin pensar (lo) UNO, unidad forzosa, ni (lo) PRIMERO, remisión obligada al origen. Todo indica que mediante la transformación del término inicial de la serie en una incógnita que rechaza todo valor, porque no vale NADA, y sólo adopta la apariencia de una cifra flotante, dispersa, igual a una posición móvil, número secreto que no admite cardinalidad ni ordinalidad, fuera de toda medida y jerarquía.